En junio de 2006 me inscribí en el programa «The Genographic Proyect», de National Geographic, un estudio mundial del genotipo de miles de personas para trazar la deriva de los seres humanos desde su cuna en Africa. El resultado no es sorprendente: mi cromosoma Y demuestra claramente que desciendo de libaneses por vía paterna. Sí llama la atención la estabilidad del ADN a través de los siglos y de las emigraciones: mi genotipo tuvo sólo tres mutaciones en 70.000 años, dos dentro de Africa y una cuando mis antepasados llegaron a las costas del Mediterráneo.
Como dice Bufalo Soldier, quien firmó el Libro de Visitas de esta página web: los Sapag somos negros africanos con cara de blancos.
Mejor que yo, los siguientes documentos explican todo esto, entre ellos el resultado de laboratorio del análisis de mi ADN.
17.02.2006| Clarín.com | Sociedad
CIENCIA | RECONSTRUIRÁN LA RUTA GENÉTICA DESDE EL HOMBRE PRIMITIVO HASTA HOY
Ya está en marcha la mayor recolección de ADN del mundo
El estudio durará cinco años. E intentará rehacer las claves del largo viaje de la especie humana y determinar cómo se poblaron los continentes. El proyecto lo impulsan la National Geographic e IBM.
Gabriel Giubellino
Está en marcha un estudio que durante cinco años intentará dibujar el largo viaje protagonizado por la especie humana.Es la mayor recolección de ADN jamás realizada en el mundo. El ProyectoGenográfico que impulsan la National Geographic Society, IBM y laFundación Waitt Family buscará determinar cómo se poblaron los continentes del planeta Tierra, ni más ni menos.
El proyecto, inaugurado simbólicamente en abril del año pasado, está dando ahora su paso más difícil,como el primer movimiento de un bebé que se alza en frágil equilibriopara avanzar como bípedo. Necesitan interesar y convencer a laspoblaciones aborígenes del mundo, las que tienen en su sangre rastros de decenas de miles de años. La meta es conseguir 100.000 muestras.
«Este proyecto ayuda a mejorar el conocimiento que tenemos acerca de quiénes somos —todos, incluyendo personas aborígenes—. Además, se basa en la participación voluntaria y bajo consentimiento expreso. Cada individuo y cada grupo indígena tiene la libertad de elegir si quiere o no participar,y si lo hace, de obtener conocimiento acerca de lo que revela su ADN sobre sus ancestros más antiguos y sus relaciones con el resto de la población humana. De nuestra experiencia en los distintos centros regionales, lo que vemos en general son personas y grupos interesados y entusiasmados con la propuesta», comenta el físico argentino Gustavo Stolovitzky, gerente de Genómica Funcional y Biología de Sistemas, del Centro de Biología Computacional de IBM. En ese centro de clasificarán y cruzarán los datos para establecer patrones y relaciones entre los pueblos.
Para rastrear el paso de la migración humana se instalaron diez centros de investigaciones en distintos lugares del mundo, sitios donde recibirán las muestras de sangre.
¿Qué información tiene la sangre? Marcadores. El cromosoma Y, que determina el sexo en los humanos, escapa al proceso de recombinación generacional y sólo cambia por mutaciones al azar. Contiene las marcas que permiten viajar al pasadopor el costado masculino de cada persona. El genoma mitocondrial(mtDNA) es la contrapartida femenina. Genera la mayor parte de la energía que utiliza la célula, y al no estar presente en el esperma,pasa sólo de la madre a su prole. Estudiarán unos 60 marcadores, unos 30 de cada rama, la paterna y la materna.
En América del Sur hay un sólo centro. Está en Porto Alegre, Brasil. El investigador principal es Fabricio Rodrígues dos Santos, del departamento de Biología General del Instituto de Ciencias Biológicas de la Universidad Federal de Minas Gerais.
Desde esa ciudad explica: «El proyecto comenzó, pero no puede empezar efectivamente sin el debido proceso de autorización de cada participante. En toda América Latina participarán, creemos, unas 150 comunidades indígenas. De Brasil van a contribuir entre 60 y 80 de los 180 grupos indígenas«.
Los investigadores prometen que no habrá patentes, que toda la información será de dominio público. «Algunos dicen que no vamos a hacer lo que postulamos, que vamos a robar los ADN de los pueblos y hacer investigaciones médicas.Muchos relacionan genética con medicina, y no con la historia. Otros plantean que hay que pagar por su sangre, lo que no es éticamente aceptable. No es fácil». El plan es así: recién cuando estén cerrados los acuerdos marco con los pueblos del Brasil, avanzarán en otros países, como Argentina, donde hay varios interrogantes antropológicos por resolver (Ver «En busca…«).
Teodora Zamudio, titular de la cátedra Derecho de los Pueblos Indígenas en la UBA, introduce un tema a considerar: «Una base de datos como esa puede llegar a perjudicar algún interés de los pueblos indígenas.Sucedió con los Hagahai, de Papúa Nueva Guinea, cuando se patentó una línea celular humana no modificada extraída de un habitante de ese pueblo. National Geographic tiene la oportunidad de encabezar un proyecto como éste en forma legítima. Ojalá esté a la altura de las circunstancias y sea un elemento de avance en este construir puentes interculturales.».
¿Por qué el estudio se centra en aborígenes? Contesta Fabricio Rodrígues dos Santos: «Ellos tienen escondida la prehistoria.Si miras el cromosoma de un amerindio, puede tener ancestros de hace 40.000 años. Y si tomás a los bosquimanos, habitantes del Sur de Africa, cerca del Kalahari, tienen el cromosoma primitivo. Son descendientes directos de pueblos de hace 100.000 años«.
América fue el último continente en ser ocupado. «Sabemos que la ancestralidad común entre los nativos de América está en los pueblos de Siberia, de Asia —sigue Fabricio—. Para nosotros, genetistas, la migración empezó hace 18, 20 mil años por el Norte de América. Puede ser que hayan tardado 2.000 años en llegar a Tierra del Fuego«.
Con los resultados del Proyecto Genográfico, se podría mirar en más detalle ciertas relaciones de los pueblos nativos americanos. «Por ejemplo, las relaciones entre los pueblos del grupo lingüístico tupí, como los guaraníes, pero también la genética tal vez pueda comprobar cuestiones como el origen de los pueblos incas«. La relación entre los mitos de origen de los pueblos y sus patrones genéticos puede ser uno de los hallazgos del estudio.
Cómo saber cuáles son sus antepasados
Cualquier persona puede colaborar con el Proyecto Genográfico, comprando, a un costo de 100 dólares, un kit que contiene un CD-Rom, un mapa, y los elementos para que el interesado se tome un par de muestras de saliva, las envíe a la sede de los investigadores y así conocer sus ancestros.
«La participación pública se está fortaleciendo — dice el físico Gustavo Stolovitsky, del Centro de Biología Computacional de IBM—. Ya hemos vendido más de 100.000 kits. Originalmente habíamos estimado la participación pública de 100.000 personas en el transcurso de los 5 años ¡y hemos alcanzado este número en menos de uno!».
Los resultados se publican —de forma anónima, pero los participantes pueden acceder a sus datos con un código— en el sitio https://www3.nationalgeographic.com/genographic/
El «viaje» de mi cromosoma Y: de Adan hasta el haplogrupo M35.
Se advierte lo equivocado que están aquellos amigos que insisten en llamarme «Turco».
La secuencia genética
En el archivo Acrobat (.pdf) que se adjunta hay una explicación completa de la secuencia genética de mi cromosoma Y.