Comparto mi reflexión emitida en la sesión del día jueves 10 de mayo de 2018 a cerca de la decisión del Gobierno Nacional de retomar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional FMI.

¿Seguimos cometiendo “errores” o favoreciendo intereses de las minorías?

Hace unos 200 años nacía Carlos Marx. El científico social que mas ha influido y sigue influyendo a nivel global. Cambió la cultura, la autoestima de la clase trabajadora, motivó revoluciones y cambios importantes no sólo en lo político sino en lo académico.
Hoy podemos encontrar que, a pesar de la cantidad de años de la edición de su obra máxima “El Capital” ( publicada den 1867), muchas de sus profecías o recomendaciones no funcionaron, pero también ha tenido aciertos. Por ejemplo la teoría del ciclo económico, cosa que las teorías ortodoxas no contemplan, y es que no consideraba a la economía como una ciencia separada de lo político y de lo cultural.
El concepto del “fetichismo de la mercancía” es algo que tendrían que leer algunos economistas de hoy: ¿Cómo es que en los mercados, la producción masiva de mercancías, el intercambio, hace que los consumidores dejen de valorar a la mercancía por lo que realmente vale sino por su subjetividad, la que tiene el poder de las grandes corporaciones que hacen que lo que se venda se lo haga a un precio que no corresponda a sus costos de producción?
El caso mas trágico de esta subejtivación de la mercancía es el dinero. Hoy, a 150 años, siguen primando la teoría cuantitava del dinero que responde a la siguiente fórmula:
“cantidad de operaciones x precio promedio = cantidad de moneda x velocidad de transacción”.
Es decir que dicen que “si hay inflación tengo que aumentar la tasa de interés para que haya menos cirulación, o disminuir la cantidad de emisión para bajar la inflación”.
Hace 150 años esto lo dijo Marx, y lo tomaron Keynes, Schumpeter, Stigliz, Ha-Joon Chang, importantes y varios economistas heterodoxos le han dicho a la ortodoxia monetarista que eso no funciona.
Yo me pregunto: ¿puede ser que hombres tan inteligentes como los ministros de economía, académicos sigan enseñando y aplicando la teoría cuantitativa? o ¿será porque le interesa o le conviene a la minoría que controla el poder financiero mundial?
Lo trágico es que en la Argentina después de 5 veces que firmamos con el FMI volvemos a creer en la teoría cuantitativa del dinero: ¿Seguimos cometiendo “errores” o favoreciendo intereses de las minorías?